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Rumiar: Guía autoaplicable para que dejes de dar mil vueltas en tu cabeza

  • Foto del escritor: bh salud mental
    bh salud mental
  • 21 may
  • 3 Min. de lectura

¿Qué es "rumiar"?

Rumiar es pensar sin avanzar. Es como si nuestra mente se quedara atrapada repitiendo una y otra vez lo mismo, esperando encontrar una respuesta definitiva que nunca llega. A diferencia de preocuparse de forma puntual para resolver un problema real, rumiar suele girar en torno a escenarios hipotéticos, sin una solución concreta, y nos deja agotados emocionalmente.


Imagina que algo salió mal en una conversación y, en lugar de dejarlo atrás, sigues repasando lo que dijiste, lo que el otro pensó, lo que podrías haber hecho distinto. O piensas en lo que podría salir mal en el trabajo mañana. Nada cambia, pero tu mente no para. Eso es rumiar.


Una experiencia común (y agotadora)

Todos lo hemos hecho: revivir una conversación, anticipar lo peor, imaginar escenarios que no han ocurrido. Al principio parece que ayuda, como si pensar mucho nos acercara a una solución. Pero pronto se vuelve un pozo sin fondo. Rumiar es una trampa mental que parece darnos control, pero solo refuerza la sensación de incertidumbre y malestar.


¿Por qué seguimos rumiando?

Rumiar suele nacer de nuestra dificultad para tolerar la incertidumbre. Nuestra mente busca tenerlo todo claro, prevenir cualquier error, asegurarse de que todo salga bien. Entonces crea escenarios, repite ideas, analiza cada detalle. Pero esa sensación de control es ilusoria: lo que ocurre es que nos enredamos más.


La rumiación es, en el fondo, un intento de evitar el malestar emocional que genera no tener todas las respuestas. Es el esfuerzo de nuestra mente por mantenernos a salvo... aunque sea desgastante.


Guía para dejar de dar vueltas: cómo empezar a soltar


Paso 1: Identifica los disparadores

Las rumiaciones suelen comenzar con frases como:


  • "¿Y si no lo logro...?"

  • "¿Y si se enoja conmigo...?"

  • "¿Por qué me pasa esto a mí...?"

  • "¿Y qué tal que todo salga mal...?"


Estos pensamientos están vinculados con temores profundos: hacer el ridículo, que otros piensen mal de ti, no ser suficiente, fracasar, ser rechazado. Identificar estas frases y los miedos que las sostienen es el primer paso.


Paso 2: Darse cuenta justo cuando empieza

Imagina un hámster que sube a una rueda. Al principio, moverse le da una sensación de dirección, pero pronto se da cuenta de que está girando en el mismo lugar. Así funciona la rumiación: creemos que estamos avanzando, pero solo estamos girando en lo mismo.


Detectar ese momento en el que entras en el bucle es clave. Puedes decirte: "Ahí otra vez mi mente dándole vueltas a todo... y recuerda que puedes elegir no entrar". Pero necesitas darte cuenta justo cuando sucede. Es un entrenamiento.


Paso 3: Ejercicio práctico para desenredarte

Cuando te descubras atrapado en una preocupación repetitiva, haz una pausa. Toma una hoja y escribe ese pensamiento. Luego escribe debajo:


  • ¿Este pensamiento es un problema real o solo una posibilidad?

  • ¿Hay algo concreto que pueda hacer ahora sobre esto?

  • Si no hay acción posible, ¿qué me ayudaría a reconectar con el presente?


Después, enfoca tu atención en una acción pequeña y significativa: levantarte, respirar profundo, tomar un vaso de agua, moverte hacia algo que valoras. Esto no elimina el pensamiento, pero te entrena a responder diferente. Debes hacerlo tantas veces como sea necesario para que se vuelva una habilidad.


Paso 4: Elige responder distinto

Cuando reconozcas que estás atrapado en una rumiación, pregúntate: "¿Qué quiero elegir en este momento: seguir girando en esta idea o hacer algo que me acerque a la vida que quiero tener?". Deja un espacio entre el pensamiento y tu acción. En ese espacio está tu libertad para elegir.


Recuerda: lo que NO hacer
  • No discutas con tus pensamientos. Tratar de callarlos solo los hace más fuertes.

  • No busques respuestas perfectas. A veces, no hay respuestas claras.

  • No intentes resolver problemas que están fuera de tu control. 

  • No esperes que desaparezcan. Sólo necesitas dejar de obedecerlos.


Sí puedes: observarlos como nubes que pasan. Nombrarlos sin enredarte. Elegir entrar en tu vida.


¿Y si necesito ayuda?

Si sientes que tus pensamientos te están ganando la partida, en bh Salud Mental podemos ayudarte a construir nuevas formas de relacionarte con ellos. Agenda tu cita y empieza a recuperar el espacio mental que mereces.


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