¿Por qué la depresión nos desconecta? Una mirada para comprenderla mejor
- bh salud mental
- 2 oct
- 3 Min. de lectura
Una historia para empezar
Imagina a Sofia. Durante semanas ha sentido un peso en el cuerpo cada mañana. Antes le gustaba salir a caminar, hablar con sus amigos, cocinar recetas nuevas. Pero ahora, levantarse de la cama ya le parece una tarea inmensa. Decide quedarse en casa, no responder mensajes, pedir comida rápida. Al principio siente un poco de alivio: “así no me esfuerzo, así no me desgasto”. Pero con el paso de los días, la calma inicial se convierte en un silencio pesado. Al no salir, no tiene momentos de disfrute. Al no hablar con nadie, se siente más sola. Al no moverse, el cuerpo se pone aún más pesado.
Ese círculo se alimenta a sí mismo: cuanto más deja de hacer, más lejos queda de aquello que la mantenía conectada a la vida. Y cuanto más se aleja, más profunda se siente la tristeza. Tal vez esta historia te resulte familiar, porque muchos hemos pasado por momentos así.
¿Qué es realmente la depresión?
La mayoría piensa que la depresión es simplemente estar muy triste. Pero la ciencia nos dice algo más complejo. Según el manual diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-5), la depresión se caracteriza principalmente por dos aspectos:
Un estado de ánimo bajo la mayor parte del tiempo.
Pérdida de interés o disfrute en actividades que antes resultaban agradables (anhedonia).
Ahora bien, aquí surge una pregunta: ¿Realmente se ha perdido la capacidad de disfrutar, o la desvinculación ha hecho que ya no estemos en contacto con lo que nos daba placer?
Cuando dejamos de hacer, cuando el ánimo nos tiñe las experiencias, hasta lo que solía darnos alegría parece oscuro.
La depresión como un patrón de evitación
Vista funcionalmente, la depresión no es solo un estado de tristeza, sino un conjunto de comportamientos que cumplen una función: aliviar a corto plazo el malestar
No salir de casa evita el esfuerzo de arreglarse y exponerse al mundo.
No responder mensajes evita la incomodidad de dar explicaciones.
Pasar horas viendo series evita enfrentar responsabilidades.
Dormir demasiado evita lidiar con pensamientos dolorosos.
Dar vueltas al pasado, buscando explicaciones o castigándote, evita aceptar el dolor del presente.
Todo esto trae alivio momentáneo. Pero a largo plazo, interfiere con lo que realmente valoramos: estar con otros, avanzar en proyectos, sentirnos capaces.
Señales de que puedes estar en este círculo
Más allá de etiquetas, lo importante es notar si tus acciones se están volviendo un obstáculo. Algunas señales:
Dejas de hacer actividades que antes disfrutabas, no porque ya no te gusten, sino porque “no tienes energía”.
Te aíslas socialmente, evitando llamadas o encuentros para no dar explicaciones.
Tus pensamientos se vuelven rumiativos, girando alrededor de culpas, fracasos, miedos o buscando explicaciones que nunca llegan
Tu cuerpo pide descanso, pero el exceso de sueño o la inactividad te deja aún más cansado.
Sientes que cada tarea cotidiana es una montaña, desde bañarte hasta cocinar.
Un primer paso: volver a moverte
En psicología hay un enfoque llamado activación conductual, que propone algo sencillo pero poderoso: empezar a actuar distinto, incluso si el ánimo no nos acompaña.
Puedes pensarlo en tres pasos (ABC):
A – Activar: Elige una actividad pequeña que antes te daba algo de satisfacción (caminar 5 minutos, escuchar música, regar una planta).
B – Balancear: Alternar tareas que requieren esfuerzo con actividades que disfrutes.
C – Conectar: Busca que esas acciones te acerquen a lo que valoras (salud, vínculos, creatividad).
No se trata de forzarte a estar feliz, sino de abrir espacio para que la vida vuelva a tener movimiento y con ello, sentido.
En conclusión
La depresión no es solo tristeza. Es un círculo de evitación que alivia en el momento, pero nos desconecta poco a poco de la vida que queremos vivir. El primer paso está en reconocer ese círculo, en volver a movernos, aunque sea con pasos pequeños.
En bh Salud Mental acompañamos este proceso con herramientas basadas en evidencia, para ayudarte a recuperar el contacto con lo que realmente importa.
Si te sentiste identificado(a), no tienes que enfrentarlo solo(a). Pide tu consulta y empecemos juntos este camino.




Contenido muy valioso