El arte de alejarnos de lo incómodo (y cómo nos desconecta de la vida)
- bh salud mental
- 11 feb
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 feb
Un mensaje sin responder, una llamada evitada, una tarea pospuesta. Nos decimos que lo haremos más tarde, que no es tan importante, que hoy no es el día. Pero detrás de esas pequeñas decisiones hay algo más profundo: la incomodidad que buscamos esquivar.
Cuando sientes que una conversación difícil podría terminar en confrontación, decides no decir nada. Cuando postergas un proyecto por miedo a no hacerlo perfecto, tu mente te convence de que no es el momento adecuado. Cuando te alejas de alguien porque su cercanía despierta emociones complejas, justificas tu distancia con cualquier excusa.
Y al hacerlo, sientes un alivio momentáneo. Pero con el tiempo, esa evitación se convierte en el problema real.
El ciclo de la evitación: cuando alejarnos se convierte en el problema
Rechazar la invitación a una reunión social, evitar una conversación incómoda o postergar un proyecto son ejemplos de evitación emocional. A corto plazo, parecen soluciones, pero cuanto más evitamos, más grande se hace el problema.
Si evitamos situaciones que nos generan ansiedad, nunca aprendemos que podemos manejarlas. Si dejamos de hacer cosas por desmotivación, reforzamos el aislamiento. Si abandonamos actividades que solían gustarnos por incomodidad, podemos desconectarnos de nosotros mismos y caer en una situación de depresión. Con el tiempo, la vida se vuelve más limitada, restringida por lo que nos da miedo o nos incomoda.
La evitación nos da un alivio momentáneo, pero también nos aleja de la vida que queremos vivir. Nos deja atrapados en un ciclo en el que cada vez evitamos más y vivimos menos.
Rompiendo el patrón: cómo soltar la agenda de la evitación
No se trata de forzarnos a hacer cosas que nos aterran, sino de reconocer cómo la evitación nos desconecta y empezar a elegir distinto.
Algunas estrategias:
Reconoce tus patrones: Pregúntate: "¿Qué situaciones he evitado? ¿Por qué? ¿Cuál fue el efecto inmediato y a largo plazo?"
Cuestiona la necesidad de evitar: Antes de alejarte, detente y pregúntate: "¿Qué es lo peor que podría pasar si enfrento esto? ¿Es tan grave como imagino?"
Da pequeños pasos: No enfrentes de golpe lo que más temes. Empieza con pequeños retos que te ayuden a construir confianza en ti mismo.
Observa el impacto: Cada vez que enfrentes algo incómodo, anota cómo te sientes después. Es probable que descubras que no fue tan terrible como pensabas.
Recuerda lo que valoras: A menudo evitamos por miedo, pero detrás de ese miedo hay cosas que nos importan. ¿Qué estás dejando de lado por evitar?
Un ejercicio para cambiar
Haz una lista de cinco cosas que has evitado recientemente.
Luego, elige una pequeña acción para acercarte a una de ellas: responder un mensaje, salir a caminar por un lugar evitado o tener una conversación pendiente.
Antes de hacerlo, escribe lo que sientes y qué esperas que ocurra. Después, anota cómo te sentiste en realidad. ¿Fue tan difícil como imaginabas? ¿Qué aprendiste?
Para recordar
La incomodidad es parte de la vida. Evitarla da alivio momentáneo, pero también nos aleja de lo que nos nutre. Reconocer este patrón es el primer paso para construir una vida con significado.
Si este tema conecta contigo, quizá sea el momento de profundizar en estrategias de afrontamiento para construir una versión más plena de ti mismo. La clave no es evitar la incomodidad, sino aprender a vivir con ella sin que nos limite. Con cada pequeño paso que tomes hacia lo que realmente valoras, estarás eligiendo una vida más auténtica y plena.
Que sencillo de Leer
Debo confesar que me ayudó demasiado