top of page

Ser padres sin manual, pero con brújula: Claves para criar con conexión.

  • Foto del escritor: bh salud mental
    bh salud mental
  • 8 abr
  • 3 Min. de lectura

Dicen que criar a un hijo es como construir una casa mientras ya se está viviendo en ella. Cada día, cada momento, trae consigo una mezcla de amor profundo, cansancio, dudas y esa pregunta que ronda en silencio: "¿Lo estaré haciendo bien?". Ser papá o mamá es una de las aventuras más intensas de la vida, y también una de las que menos certezas ofrece. Porque, aunque hay millones de libros y consejos, lo cierto es que nadie conoce mejor a tus hijos que tú... y, aun así, a veces, no es suficiente para calmar las dudas.


Esta entrada no busca darte recetas, pero sí abrirte una puerta: la de mirar tu crianza desde un lugar más compasivo y consciente. No para hacerlo perfecto, sino para hacerlo posible, con sentido, con presencia. Aquí te compartimos algunas claves que pueden ayudarte a transitar este camino, no como quien sigue un mapa exacto, sino como quien aprende a leer la brújula de lo importante.


El primer desafío: tus propias emociones

A veces, lo más difícil no es saber qué hacer, sino poder hacerlo cuando estamos desbordados. Las expectativas que tenemos sobre cómo "deberían" comportarse nuestros hijos chocan con la realidad: con su cansancio, su ritmo, su necesidad de explorarlo todo sin entender límites. Y ahí, como adultos, sentimos frustración, enojo, culpa. En ocasiones respondemos desde el impulso, no desde el cuidado.


Ser conscientes de nuestras emociones es el primer paso. No para no sentirlas, sino para poder elegir cómo actuar desde ellas. La crianza positiva no empieza con los hijos, empieza con nosotros.


5 claves que pueden transformar la relación con tus hijos

  • Empatía: Imagina que tu hijo es como un libro que apenas empieza a escribirse. A veces, las palabras se enredan o no tienen sentido para ti, pero si te acercas con curiosidad, puedes entender qué quiere decir. Ser empáticos es eso: comprender lo que sienten y necesitan según su edad y etapa de desarrollo. No se trata de justificarlo todo, sino de acompañar con comprensión.

  • Comunicación: La comunicación no es solo hablar. Es abrir un espacio donde lo que dicen tus hijos tenga lugar sin juicio. Un rato al día para preguntarles cómo están, sin apuros, puede convertirse en un refugio emocional que fortalece el vínculo.

  • Promoción de la autonomía y la autoeficacia: Tu hijo necesita saber que puede. Que puede equivocarse y volver a intentar. Que puede vestirse solo, hacerse cargo de una pequeña tarea, encontrar su propia solución. Cuando confías en sus capacidades, aunque se equivoque, estás sembrando seguridad.

  • Reconocimiento de valores y proyecto de vida: Hablen de lo que es importante para ustedes. De lo que sueñan. De lo que les preocupa. Ayudar a tus hijos a construir una visión del futuro, aunque cambie mil veces, les da sentido y dirección. Y también les muestra que tienen una red que los acompaña.

  • Tener metas conjuntas como familia: Ser familia es más que vivir bajo el mismo techo. Es construir algo juntos. Puede ser una cena compartida sin pantallas, una salida mensual o un proyecto en común. Lo importante es sentirse parte de algo donde todos importan.


Banderas rojas: lo que debemos evitar

Hay algunas prácticas que, aunque comunes, pueden afectar profundamente el vínculo con tus hijos. 


Aquí algunas señales de alerta que es mejor evitar:


  • Castigar sin explicar: El castigo sin contexto solo genera miedo, no aprendizaje.

  • Invalidar emociones: Frases como "no llores" o "eso no es para tanto" les enseña a desconfiar de lo que sienten.

  • Compararlos con otros: Cada niño tiene su ritmo. Las comparaciones dañan la autoestima.

  • Sobreproteger: Impedir que enfrenten dificultades limita el desarrollo de su autonomía y tolerancia a la frustración.

  • Esperar la perfección: En lugar de exigir resultados impecables, es más valioso reconocer los esfuerzos, cualidades y también las dificultades. Así se promueve el crecimiento sin presionar con ideales inalcanzables.

  • No reconocer tus propios errores: Pedir disculpas enseña humildad y fortalece el vínculo.


Evitar estos comportamientos es una forma de cuidar y proteger la salud emocional de tus hijos.


Un mensaje para tener siempre presente

Tus hijos atraviesan desafíos constantes. Por eso, es clave estar atentos a sus cambios, acompañar sus emociones y mantener un equilibrio entre el afecto y los límites. No se trata de controlarlos, sino de generar un vínculo de confianza que los fortalezca para la vida.


Si tienes dudas sobre algún tema o necesitas orientación, en bh Salud Mental estamos para acompañarte con profesionales especializados en crianza y desarrollo familiar.


¡Agenda tu cita y da el primer paso hacia una crianza más consciente y conectada!




2 Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
Liliana
Apr 10
Rated 5 out of 5 stars.

Muy interesante y profesional la lectura, ésta me ayuda mucho a ser responsable con la crianza de mi hija.

Gracias

Like

Paulina
Apr 09
Rated 5 out of 5 stars.

Un contenido muy valioso, muchas gracias

Like
bottom of page