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¿Por qué hacemos lo que hacemos? El fascinante mundo del análisis funcional de la conducta

  • Foto del escritor: bh salud mental
    bh salud mental
  • 3 feb
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 11 feb

Imagina que estás en una cafetería un lunes por la mañana. Decides comprar un café antes de comenzar tu día. Al momento de pagar, notas que has olvidado tu billetera. La vergüenza te invade, pero el barista te sonríe y dice: “No te preocupes, es tu primera vez aquí. Te invito el café.” Sales del lugar con una mezcla de alivio y gratitud. Al día siguiente, sin darte cuenta, eliges esa misma cafetería para tu café matutino. ¿Por qué? Quizás creas que fue por la calidad del café, pero algo más está sucediendo. Algo que explica por qué haces lo que haces.


Lo que mantiene tu conducta


El comportamiento humano no es aleatorio; sigue patrones que están determinados, en gran medida, por las consecuencias que lo siguen. Si algo nos hace sentir bien, alivia un malestar o nos lleva a un resultado deseado, es probable que lo repitamos. A esto se le llama refuerzo: cualquier consecuencia que aumenta la probabilidad de que una conducta se repita en el futuro.

En el ejemplo de la cafetería, el barista, con su gesto amable, no solo te regaló un café, sino que reforzó tu elección de visitar ese lugar. Quizás no eres consciente de este proceso, pero funciona de manera sutil en muchas de las decisiones cotidianas que tomamos. Comemos una comida específica porque nos satisface, evitamos un lugar porque nos hizo sentir incómodos o repetimos una acción que alguien celebró. ¿Cómo sería comprender estas conexiones en tu propia vida? ¿Qué podría cambiar si lo hicieras?


Los principios del aprendizaje


El comportamiento humano está regido por principios básicos que han sido estudiados durante décadas. Entre ellos destacan:

  1. Refuerzo positivo: Cuando algo deseable sigue a una conducta, como recibir un cumplido después de un esfuerzo.

  2. Refuerzo negativo: Cuando algo desagradable se elimina tras una acción, como tomar un analgésico para aliviar un dolor de cabeza.

  3. Castigo: Cuando una consecuencia disminuye la probabilidad de una conducta, como recibir una multa por estacionar en lugar prohibido.

  4. Extinción: Cuando una conducta disminuye porque deja de recibir refuerzo, como dejar de llamar a alguien que nunca responde.


Estos principios no solo explican las conductas que parecen lógicas o conscientes, sino también aquellas que a simple vista pueden parecer ilógicas o irracionales. Descubrir cómo estos principios están activos en tu vida puede ser como encontrar las piezas de un rompecabezas que siempre estuvo frente a ti.


Analizando las relaciones

El análisis funcional de la conducta nos permite entender el "por qué" de lo que hacemos. Este método examina las relaciones entre el entorno, las conductas y sus consecuencias para identificar qué mantiene un comportamiento.


Volvamos al ejemplo de la cafetería. Si analizamos funcionalmente tu elección de regresar, podríamos identificar:


  • Antecedentes: El deseo de café y la experiencia previa positiva.

  • Conducta: Regresar a la misma cafetería.

  • Consecuencia: Sensación de comodidad, reconocimiento del barista o incluso evitar la ansiedad de ir a un lugar desconocido.


Este enfoque es poderoso porque, en lugar de quedarnos en suposiciones o interpretaciones, nos centramos en observar patrones objetivos y repetibles. Entender estas relaciones nos da herramientas para influir en el cambio. ¿Te imaginas cuánto podrías descubrir sobre ti mismo con un análisis funcional?


Relevancia clínica


En terapia, el análisis funcional se convierte en una guía para comprender y modificar conductas problemáticas. Por ejemplo:

  • En personas con ansiedad, podríamos identificar que evitar situaciones sociales está siendo reforzado por la disminución inmediata del malestar.

  • En casos de depresión, podríamos encontrar que la falta de actividades placenteras está relacionada con un ciclo de inactividad y refuerzo negativo.

Aplicar un análisis funcional permite no solo explicar lo que sucede, sino también intervenir de manera precisa. Nos da un lenguaje común y un marco científico para diseñar estrategias de cambio. ¿Qué posibilidades se abrirían para ti o tus pacientes al usar este enfoque?


Reflexión final


Hacer un análisis funcional es como usar una lupa para mirar las conexiones invisibles entre lo que hacemos y lo que obtenemos. Al comprender estas relaciones, no solo podemos entendernos mejor, sino también tomar decisiones más alineadas con nuestros objetivos y valores. ¿Qué conductas en tu vida se repiten? ¿Qué las refuerza? Este es el primer paso para explorar juntos el fascinante mundo del análisis funcional de la conducta. Quizá, al final de este recorrido, no solo entiendas mejor lo que haces, sino también cómo transformar lo que necesitas cambiar.



Escrito por: Behaviorient Salud Mental




1 komentarz

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Gość
14 lut
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Muchas gracias...excelente reflexión...

Polub
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